Fotografía: Pixabay.
Por: Julieth Sierra.
Siempre y cuando podamos aportar algo a nuestra sociedad, la inversión que se realice por muy pequeña que sea va a contribuir de manera esencial al crecimiento y nutrición de está sin ninguna distinción. La educación es el puente directo para realizar ese aporte desde lo esencial, la licenciatura en educación infantil se enfoca en la formación de la etapa más genuina del ser humano, en esa etapa donde se descubre en todas sus formas, se genera un modelamiento esencial de su ser y el reconocimiento de los diferentes propósitos para emprender el camino que tiene por delante; ser parte del proceso se logra a partir de este programa universitario que forma académicamente maestros integrales, forjados desde el compromiso social que se considera elemental en las estructuras de la educación y la sociedad.
Estamos en la posición de cambio constante por medio de la era virtual que desde hace algunos años llegó para quedarse y hemos sido incursionados en medio del proceso al cual cada día más nos acoplamos con autonomía. Como no es un secreto la educación también ingreso a lo desconocido y comenzó a implementarse dando pasos junto con las redes que hoy en día son herramientas directas del desarrollo humano, todos vemos la educación virtual con miedo desde afuera, por lo cómplices que somos de lo tradicional de la forma en que nos atribuimos el miedo de romper barreras y salir de lo convencional; Estudiar en la virtualidad es un proceso que modifica modelo de aprendizaje, rutinas de vida en todos sus campos y acaba con cualquier limitación que se tropiece en el camino para construirnos nosotros mismo, siendo dueños de nuestra forma de aprender y de entregar ese conocimiento a nuestros entornos; Alimenta la seguridad con la que adquirimos y finiquitamos el proceso del conocimiento, incrementa nuestras habilidades ofimáticas en un 100% y nos genera un constante reto no con nuestro alrededor si no, con nosotros mismo. En esta modalidad conocemos mundos que muy posiblemente no sabíamos que podríamos experimentar y genera la oportunidad sin duda de reconocernos como personas autónomas, con compromiso con nosotros mismo y formándonos como líderes de todo el campo después de aquel reconocimiento ejercido en el proceso.